La clásica dicotomía «Forma vs. Contenido» carece de sentido en casi todos los ámbitos. En uno de los extremos del espectro ideológico están los fetichistas de la forma, carcazas inocuas e insípidas, alienígenas alienados que confunden el valor de las cosas con su precio; en el otro, los fetichistas del new age, carcazas inócuas e insípidas, alienígenas alienados que confunden el valor de las cosas de acuerdo traigan o no una etiqueta antisistema pegada a la caja. Ámbos bandos están por igual equivocados.