– ¿Puedes detenerte y, por un momento, reflexionar? – Bien. Reflexiono. – No, no estás reflexionando. Estás demasiado ocupado intentando ser un sabelotodo. Quiero que reflexiones y que dejes de intentar ser un sabelotodo. ¿Puedes hacerlo? Lynch nos advierte así que dejemos de intentar explicarlo todo. Que nos detengamos, pues estamos muy ocupados
Quiero que reflexiones
