¿Quién no recuerda aquel episodio de Los Simpsons, en donde Homero, luego de mucho intentarlo, consigue ingresar en una logia secreta llamada „Los Magios“ (sociedad semi-secreta ficticia en la cual reconocemos fácilmente a la masonería) y termina convirtiéndose en una especie de líder espiritual, consiguiendo por fin (y esto era lo que más le preocupaba) dominar los códigos secretos que tanto le perturbaban cuando aún no era un Iniciado (saludos extravagantes para darse a conocer, palabras clave para conseguir ciertos beneficios o la localización de autopistas secretas, alejadas de los embotellamientos habituales y reservadas para los „iniciados“).
En la vida real no hay que estar iniciado en ninguna secta secreta y misteriosa, no hay que haber estudiado mucho ni hay que ser Licenciado en Diplomacia y Relaciones Exteriores para saber que en un marco diplomático, el uso del lenguaje es ligeramente diferente al uso corriente del idioma; que hay formas, giros y voces que tienen una significación precisa, pero diferente de su significado corriente; en definitiva: ciertos códigos. Uno de ellos es que las cosas ni se piden ni se niegan directamente.
Como canciller de la República Argentina, y como parte de sus intentos por lograr que Interpol anule los pedidos de captura internacional („Notificaciones Rojas„) que pesaban sobre los imputados iraníes de la causa AMIA, (eje fundamental del acuerdo de encubrimiento, oficialmente denominado „Memorándum de Entendimiento“ entre Buenos Aires y Tehrán del 2013), Héctor Timerman por supuesto no podía pedir abiertamente a Interpol que dejara caer esos pedidos de captura; esas cosas se hacen más sutilmente. Por ejemplo, informando a Interpol de la celebración del memorandum de entendimiento y haciendo referencia expresa, una y otra vez, a las notificaciones rojas o „preguntando“ sobre su vigencia en este nuevo contexto. (Como hace el Canciller aquí) Las respuestas no se hicieron esperar, como bien puede observarse aquí, aquí y aquí. Solo hace falta leer apenas entrelíneas para entender que el entonces Secretario General de Interpol, Ronald Noble, no estaba informándo a la cancillería sobre el estado de dichos pedidos de captura: con esos documentos, Noble estaba denegando su anulación.
Pero el canciller Héctor Timerman cree que la gente del país que dice representar es imbécil, o cree que las formas diplomáticas del lenguaje son un „secreto“ que solo los iniciados como él conocen —como si la comprensión de estos códigos estuviera reservada a los Masones o a los Magios—, o cree que todos son idiotas excepto él —que es brillante—, y que el resto de la humanidad no sabe lo que es un eufemismo. De otra forma, no se explica cómo el pasado 15 de enero nos presentó un descargo como éste, en donde presenta los documentos arriba mencionados como una „prueba“ de… exactamente lo contrario de lo que son (es decir: documentos que prueban los intentos de Timerman por persuadir al Secretario General de Interpol para que derogue las órdenes de captura; y no „documentos que prueban que él no quiso hacer lo que hizo“)
Dice la denuncia del fiscal Nisman, ahora muerto de un tiro en la cabeza a este respecto:
„…como si todos estos indicios no fueran suficientes, el propio Canciller Salehi hizo referencia a la existencia de otros acuerdos secretos con Timerman („Tehran insists accord with Argentina includes Interpol lifting red notices against Iranian suspects„, Mercopress, 19/03/2013). Luce evidente que el compromiso de Timerman, por orden de la Sra. Presidente, fue gestionar el cese de las notificaciones rojas de Interpol, dado que se trataba del interés primordial de Irán para firmar el acuerdo. El apego a la legalidad del Organismo Internacional de Policía Criminal frustró este primer objetivo delictivo de los autores de este plan de impunidad. Cuando, por fortuna, Interpol intercedió a tiempo para evitar el cese de las prioridades de búsqueda, informando: „…La Oficina de Asuntos Jurídicos de la Secretaría General de Interpol manifiesta que dicho acuerdo [en referencia al Memorando de Entendimiento entre Argentina e Irán] no implica ningún tipo de cambio en el estatus de las notificaciones rojas publicadas en relación a los crímenes investigados en la causa AMIA…“ (Nota N° LA/35678/47/3.1/EGI/tsa, Consejería Jurídica, Secretaría General, Organización Internacional de Policía Criminal, 15/03/13), el Canciller Timerman realizó nuevas acciones destinadas a favorecer el plan criminal y en el mes de mayo de 2013 se reunió con el Secretario General de Interpol, Ronald Noble, en Lyon, Francia, para lograr que Interpol tome en cuenta el acuerdo bilateral y, de tal manera, acceda a conceder la baja de las citadas prioridades de búsqueda, aunque públicamente comunicó lo contrario (Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Comunicado de Prensa N° 122/13 del 30/5/2013; Interpol, „La visita del canciller argentino a Interpol se centró en la colaboración policial internacional“, 30/05/2013).
„En ese contexto, los representantes iraníes hicieron notar su disconformidad por el fracaso en la baja de las notificaciones rojas: „…hay un poquito de desazón de allá… Desazón… Me parece que el ruso este de mierda [en alusión a Héctor Timerman] se mandó alguna… estaba firmado algo, donde estaba el tema de las cautelares [en referencia a las notificaciones rojas] también „…Timerman no cumplió con algunas cosas. Esto es así de claro. No cumplió con algunas cosas…“ (Comunicación del 11/5/2013, abonado 11-3238-4699, Archivo B-1009-2013-05-ll-083146-8.wav, CD 0022 y Comunicación del 20/5/2013, abonado 11-3238-4699, Archivo B-1009-2013-05-20-111124-8, CD 31). El Ministro realizó nuevos aportes al plan y en noviembre de 2013, volvió a reunirse con Noble a quien informó de la continuación de las tratativas entre ambos países, en torno al memorándum (Interpol, Comunicado de Prensa: „La seguridad mundial, eje de la visita a Interpol del Ministro argentino de Asuntos Exteriores“, Lyon, Francia, 26/11/2013). La intención fue clara: informar a Noble que el Memorando de Entendimiento entre ambos países avanzaba fue una forma sutil e indirecta de solicitar que Interpol reviera su postura y accediera a dar de baja las notificaciones rojas de los iraníes. Sin obtener el resultado anhelado y prometido, el ministro argentino cambió de estrategia e intentó convencer a los iraníes de que las notificaciones rojas cesarían luego de las audiencias. Al respecto se informó: „…En diálogo con su par iraní, Javad Zarif el canciller Timerman consideró que las circulares rojas caerían automáticamente en cuanto el juez que investiga el atentado, Dr. Rodolfo Canicoba Corral, les tome declaración en Irán a los cinco acusados…“ (Di Natale, Martín, „La negociación con Irán, empantanada por la lista de Interpol“, La Nación 8/12/13). Ahora bien, como quedó claro en esta denuncia, el plan de impunidad no solo necesitó de un camuflaje jurídico, sino también de una estrategia discursiva y mediática para impedir que surja a la luz su oculta finalidad criminal…“ (pp.212ss.)
Lamentablemente, luego de la aparición sin vida de Alberto Nisman, las posibilidades de que se siga investigando en el sentido aquí mostrado son, para decirlo suavemente, bastante pocas.
Así las cosas, en la argentina de hoy, los magios no existen, pero que los hay, los hay. (Cosa que no sería tan grave si, como en Springfield, el objetivo último de estos hombres fuera escaparse de sus mujeres y juntarse a comer, jugar al póker y tomar cerveza… pero me temo que la realidad es mucho menos divertida)
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