Stop-Motion y CGI. Buen cine, buenos cortos

Siempre me gustaron los cortometrajes; en mi opinión es un género increíblemente versátil y un ejercicio completísimo para el cineasta, quien puede incursionar en todas las facetas de su profesión en el marco de un proyecto relativamente pequeño y financiable. Es por eso que hay tantos cortos como directores caminan por el mundo… o más. Entre ese mar de cosas para ver, por supuesto, hay de todo: desde delicadísimas piezas de arte hasta productos-basura sobre los que ni siquiera vale la pena detenerse un segundo. (Por suerte, qué es qué depende pura y exclusivamente del espectador.)

Como en estos días de ocio hay tiempo libre de sobra, acá dejo dos, en mi opinión de los mejores: el primero («More«, 1998) data de la era pre- «CGI para todo el mundo» y sobresale por el guión, la música y el impecable trabajo de stop-motion; el segundo («Blinky ™«, 2011), aún no siendo un corto 100% animado, tiene un trabajo de computardora impecable. (Nunca dejan de sorprenderme las cosas que pueden hacerse hoy, solo con una PC hogareña y amor al arte!) Realmente, hace veinte años solo un presupuesto de millones de dólares podía crear cosas como «Blinky», y hoy con una computadora y buenas ideas (además de, claro está, mucho conocimiento, trabajo y paciencia) hay gente que está haciendo cosas super piolas con nada. (¿se acuerdan de «Panic Attack«?)

Tomate veinte minutos, abrí una cervecita y mirá que belleza:

More, 1989

 

Blinky ™, 2011


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