La falta de la más mínima cultura general y la carencia de las más básicas nociones sobre las cosas, al hablar de un tema cualquiera, es algo a lo que el denominado Jet-Set nos tiene acostumbrados. Esta gente, por lo común autonombrada «artista», que puede o no incursionar en alguna rama del espectáculo televisivo, (pero que en realidad vive únicamente de (1) verse bien y (2) provocar (o por lo menos participar de) escandaletes de índole televisiva1 ), tiene la característica marcada de opinar sobre todo.
Quizás sea una deformación profesional: entiendo que el momento disparador de cualquiera de los tan buscados escandaletes que mencioné más arriba (reitero: viven de eso) sea una declaración atrevida, insolente, rebelde o estúpida sobre cualquier cosa, que sea levantada por la mayor cantidad de medios posible y repetida hasta el cansancio, en una especie de autoreproducción comunicativa que es funcional a los medios y a sus participantes.
Ahora bien: yo puedo diferenciar una pose de una opinión sincera. De hecho, todo lo que mencioné más arriba son solo eso: poses, y por eso no me molesta que la Televisión sea una máquina de repetir estupideces: no creo que la Televisión tenga un deber social que cumplir o deba educar a la gente: es lo que es y con eso basta. No la consumo (es más: no poseo televisor hace muchos años), pero no me siento con el derecho a poner en duda la necesidad de su existencia.
El problema es cuando el personaje se olvida que está posando y realmente cree que sus estúpidas opiniones tienen algún valor que va más allá del valor que pueda tener la ignorante, neófita, subjetiva e intrascendente opinión de cualquiera. Y un problema aún mayor es cuando el sujeto, acostumbrado a que todo su entorno lo adule y aplauda sus tonterías como si fueran genialidades sin par, cominza a tener miedo: el miedo paraliza los sentidos, bloquea el raciocinio, actúa como agente disparador de una regresión psicológica muy aguda y muy peligrosa.
La historia es así: el actual jefe de gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires2, Mauricio Macri, en una jugada política poco feliz3, nombró jefe de policía a un sujeto de dudosa foja, Jorge Palacios, acusado y luego encarcelado por haber encubierto el atentado terrorista contra la AMIA de 1994. En el siguiente fragmento del programa «Susana Gimenez», la conductora homónima (y fiel exponente del personaje mediático y estúpido al que hice mención más arriba) entrevista al Jefe de la Ciudad, en medio de un momento de alta tensión política, y ámbos conversan, en principio, sobre la figura de Palacios, la política de seguridad de la gestión de Macri y de la tortura como método. En un momento, «Su» se descontrola:
Aquí dejo la transcripción de la parte más interesante, porque leerla… es casi tan bueno como escucharla:
[box style=»rounded» border=»full»]-Su: «A mi me pareció; te juro por dios questo es comopara, vasalir en-en-en enel New York Times, nos estamos viend, nos están viendo en todaaamérica enlosestadosunidos… esto no se puede creer…»
-Mau: «Por hacer apremios… lo llaman ‘Apremios Ilegales’, o sea que…»
-Su (indignada): «¿PERO Y QUE LOS PREMIOS ILEGALES DE QUÉ? ¿Y LAA Y Y…? ¿Y ELLOS CON NOSOTR, CON EL PUEBL, CON LLL…? ¿YY YYY Y NO LES HACEN NADA? Y SALEN CON LOS ‘DERECHOS HUMAAAAAANOS’ Y TODO LO QUE YA SABEMOS…» (Con más calma): «No, estamos todos locos… te digo: es el mundo al revés…»[/box]
El argumento bìblico, anacrónico e irracional del «Ojo por Ojo, Diente por Diente» (o en las palabras de Su: «el que mata tiene que morir«) es tan pero tan viejo que da vergüenza tener que ir una y otra vez contra él. Además, nadie en su sano juicio lo utilizaría para hacer una apología del Terrorismo de Estado, cosa en la que Susana, evidentemente, no repara en lo más mínimo (¡Si, tan tonta es!).
En algún lugar del mundo más civilizado, la Sra. Susana Gimenez hubiese dejado el espectáculo a los cinco minutos de su «declaración». No digo que hubiera tenido dificultades legales, pero hubiera estado ahí de comerse una denuncia penal. Y Mauricio, en una parte del mundo mas civilizada, se hubiera despegado enseguida de tamaña barbaridad; pero no, aquí ir con la estupidez suma puntos.
Por eso existen. Por eso a nadie le sorprende, por eso es solo una opinión más: porque todos somos un poco eso.
- lamento ser reiterativo; la acumulación de adjetivos solo intenta ser peyorativa [↩]
- con ese nombre se denomina al intendente de la ciudad de Bs.As., que por su carácter de «Ciudad Autónoma» tiene una estructura gubernamental diferente a la de las demás ciudades [↩]
- y parte de una evidente y larga lucha política con el gobierno nacional [↩]
Buen artículo, se agradece.
Me atreví (en una auténtica exhibición de coraje) a darle play al video…
Estoy recuperándome del frío que me corrió por la espalda.
¡Qué nivel más violento de imbecilidad! ¡Cuánto impúdico y prepotente mensaje tendencioso!
Saludos.