La siguiente es la ponencia del Dr. Sebastián Urquijo, dentro del marco del «Primer Congreso de Ateísmo»1, sobre el fenómeno psicológico del «Creer». En ella él habla de ciencia, religión, psicología y epistemología con una elocuencia brillante (aunque algunas de sus posturas sean muy cuestionables, sobre todo su insistencia en tildar al ateísmo como una creencia más). Acá va la transcripción de un par de párrafos interesantes, al final dejo el video de la ponencia completa:
«Todos estamos permanentemente buscando las causas de las cosas; hay un principio de causalidad natural en el pensamiento humano, que hace que necesitemos respuestas, que vivir sin respuestas con respecto a algo nos haga demasiado mal o nos produzca una sensación de ansiedad o de angustia […]
La psicología es una disciplina nueva; la gente piensa que ser psicólogo es ser psicoanalísta, hacer terapia y comprarse un diván […] en realidad esa es una praxia derivada de teorías que tienen más de cien años, y obviamente hoy se sabe que no funciona de esa manera; éstas son teorías (tanto el conductismo como el psicoanálisis) que suponen que el comportamiento humano es una función de aquellas cosas que nos pasan a partir del momento en que nacemos. Hoy en dia tenemos evidencias de que el comportamiento humano, incluyendo la personalidad, es una expresión fenotípica, es una reacción particular de un organismo, de una posibilidad biológica, frente a diferentes ambientes particulares. Sabemos que somos de determinada manera, no por lo que nos hizo nuestra mamá cuando éramos chicos o porque nos golpeában en la escuela… o no somos de una detetrminada manera porque el padre y el abuelo eran así: es una combinatoria de todas esas cosas; tener depresión o tener ansiedad forma parte de una predisposición bioogica y genética y la activación de ciertos fenómenos ambientales […]
La simplicidad que implica considerar que la voluntad de dios es explicación suficiente, utilizada por las religiones para abordar problemas complejos como la vida, la muerte o la moral, es más fácil de aceptar que la duda. La duda es lo intolerable, la duda es lo que genera ansiedad y nerviosismo, la duda es lo que genera malestar en las personas. La mayor parte de las religiones son teístas, a excepción de dos o tres; sin embargo todas ellas plantean que hay algo más allá después de la muerte; para los seres humanos, entender que la vida es finita, que se acaba, que es un proceso que tiene un final y que después no pasa más nada, es una idea intolerable […]
Es mucho más sencillo imaginar que las cosas malas nos pasan no porque hacemos mal las cosas, sino porque alguien así lo quiso.»
- El Primer Congreso Nacional de Ateísmo se realizó en el mes de Diciembre del 2008 en la ciudad de Mar del plata, Argentina. [↩]
Estoy preparando un estudio sobre los perfiles psicológicos que he conocido a lo largo de años de debates en diversos sitios, lo que más me llama la atención es el perfil del evangélico fundamentalista donde, como se comenta, busca en terceros la causa del mal eludiendo su propia responsabilidad en los actos que cometen, es más, ven al mundo contrpauesto como un enemigo bien a destruir o bien a evangelizar (con aquello que el fin justifica los medios). Estas personas tienen un perfil histriónico rozando en muchas ocasiones la personalidad sociopática. ¿Cuantas veces tratan al ateo como un ser menor (un ser perdido)? Pero si algo común en todos ellos es una personalidad dependiente apoyada por una fe y sostenida día a día por una doctrina. Eso a mi forma de ver es válido para todo tipo de creencias fantasiosas y fantásticas.
En algunos casos tengo anotados tipo de personalidades paranoides, sujetos que proyectan sus propios conflictos y hostilidades hacia terceras personas. Recuerdo a un compañero de debate y amigo que decía a algunos oponentes fundis que proyectabas sus miedos, sus fobias a los demás, lo veían en los demás y no en ellos mismos. Estas personas son generalmente frías y complejas en sus relaciones sociales. Algunos incluso tienden a encontrar intenciones hostiles y malévolas detrás de los actos inocentes o positivos de otras personas, sobre todo si no son de «su cuerda». Las religiones, sobre todo de corte sectario y fundamentalistas se nutren de sujetos con serios problemas de adaptación a la vida en primer lugar, a la adaptación de él en el ecosistema y en la sociedad, y a la aceptación de la finitud humana, con ello a la realidad… ¡No se si es mucho pedir! ¿No…?